lunes, 23 de noviembre de 2009

Salud

Hablamos de salud, hablamos de la vida y de la muerte, de presupuestos y evidencias, de promesas e incumplimientos.
A nosotros, como espacio barrial, nos indigna conocer la situación de los hospitales y de los trabajadores de la medicina, la falta de insumos, la carencia de humanidad en quienes tienen el poder de decidir hacia donde va el dinero de toda la sociedad. Nos indigna pero no nos pensamos quedar de brazos cruzados porque sabemos que hay mucha gente que pone el pecho a las balas y deja todo su esfuerzo y dedicación por seguir llevando adelante la salud pública, porque sabemos de la vocación de personas que hacen todo lo que pueden con lo poco que tienen para darle lo mejor a la población que no tiene forma de acceder a la salud privada, esa que existe gracias a la mercantilización de los derechos básicos de los seres humanos. Afortunadamente todavía tenemos hospitales públicos y es por eso que pensamos que hay que defenderlos con uñas y dientes, antes que terminen de realizar el vaciamiento que comenzaron hace varios años los distintos gobiernos de uno o de otro partido politico, del municipio y de la nación.
Somos conscientes de que la solución no va a llegar de la mano de aquellos que causan el problema. Estamos convencidos de que la única manera de garantizar que la salud, la educación, la vivienda, la alimentación y demás derechos básicos se respeten y cumplan en nuestra ciudad y en todo el pais, es organizándonos entre nosotros, entre los que de verdad nos sentimos despojados, entre los que realmente sufrimos estas situaciones en el día a día. No hay otra manera, tenemos que salir a l calle; para conocernos, para saber lo que piensa el otro y compartir nuestro pensamiento con los demás, para buscarle soluciones a los problemas, para terminar con la resignación y dejar de aceptar presupuestos humillantes que vulneran las condiciones existenciales de la vida humana, para trabajar juntos y dejar de esperar que aquellos que nos traicionaron una y otra vez nos brinden lo que necesitamos. Parece difícil pero no lo es tanto, llevará tiempo pero algún día hay que empezar.
La salud está enferma y la quieren matar, las desigualdades entre el norte y el sur de la ciudad están a la vista, al igual que en el tema educativo son evidentes las cuestiones de privilegio, los beneficios que recibe una clase social a costas del desprecio de las otras porque bien sabemos que las personas que no cuentan con recursos económicos suficientes para subsistir deben hacer lasrgas colas para conseguir turnos tardíos en los hospitales públicos, que no logran obtener los medicamentos que necesitan gratuitamente o a precios nrazonables por culpa de los negociados que hacen los laboratorios con quienes dirigen el estado.
Asimismo las personas de clase media que pueden un poco más que las otras, al ver el funcionamiento crítico de la salud pública, optan por ingresar en las obras sociales prepagas que cuestan muchísimo dinero y que cobran por cada cosa que se desarrolle en ellas: consultas internacio9nes, vdenta de mediucamentos. Todo con el fin de obtener utilidades. Es la salud hecha negocio, es la vida con una etiqueta de precio, un precio que al estado no le interesa pagar ya que somos desechables. Después de nosotros vendrán los otros; qué importa! Si en Argentina mueren 25 niños por día antes de cumplir un año por causas evitables, y en su mayoría por desnutrición, qué importa! ¿Acaso son hijos de algún empresario importante, de alguna personalidad televisiva, de algún funcionario de alto rango, de algún comisario? No, son simples hijos del hambre y el abandono, de la miseria y de los miserables que los dejan morir como ratas, de esos miserables que no miran con los ojos de estos chicos porque tienen hielo en la sangre y un dólar donde muchos poseemos un corazón.
Este texto fue parido por la bronca pero también fue parido por el amor y no hace más que convocarlos a este espacio para que entre todos podamos revertir esto que tanto duele, esto que tanto daño hace.
Gracias por acompañarnos en este trabajo semana a semana.

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