Desde principios de 2009, cuando el gobierno de la ciudad vetó la ley de emergencia habitacional, que se vienen sucediendo violentos desalojos acompañados de patotas para policiales, el cierre de espacios artísticos y culturales, la presentación de una nueva fuerza, lo desafiante de la designación de su jefe, y el silencio. Miles de familias que están viviendo en inmuebles del gobierno están siendo desalojadas de un día para otro sin aviso ni posibilidad de apelación.
Este avance de control intencional, como las nuevas plazas, las cámaras, la iluminación, los limites al uso de los espacios públicos, y los alarmismos, buscan que nos encerremos en nuestras casas.
Las familias sin casas, toman tierras o entran en casas vacías y abandonadas por una necesidad de vivienda. El negocio inmobiliario que se impulsa por detrás es gigante y ciego de las personas y realidades que está devastando; mientras madres con hijos necesitan un techo, miles de departamentos y casas vacías yacen en soledad.
Hablando, nos preguntamos sobre algo que de movida está mal.
Con las propiedades se hereda una desigualdad previa, un robo previo que ha aprovechado históricamente una clase de la sociedad. Sus espadas, su apropiación, sus bancos, sus hipotecas, su dominio económico y militar. El estado les garantiza el derecho y la continuación de ese robo que es mandar a la calle a familias que ocupan una casa.
Por eso defendemos los espacios tomados y recuperados, organizados para estar abiertos al barrio y a la participación de los vecinos, generando conciencia con las practicas solidarias y horizontales. Estas dos formas de resistencia, los espacios populares y las viviendas para familias, ponen en discusión la legitimación de los derechos que defiende el estado.
Viejas historias, Nuevas historias!
El plan urbano de Osvaldo Cacciatore, quien duró seis años en la intendencia de Buenos Aires, transformó sustancialmente la imagen de la capital Argentina y las prácticas de sus habitantes. La imagen grandilocuente y cosmopolita del Buenos Aires actual es en gran medida producto de las reformas urbanísticas que el gobierno militar en Buenos Aires, encabezado por el brigadier Osvaldo Cacciatore, impulsó; medidas que generaron profundas pugnas sociales sobre la forma de hacer y practicar la ciudad. Cacciatore gobernó la ciudad de Buenos Aires de 1976 a 1982 y, a pesar de que han pasado más de dos décadas del fin de la dictadura, algunas de las pautas del modelo urbano que se impusieron en esos años siguen presentes hoy en día coincidiendo en aspectos muy marcados con las medidas impulsadas por el gobierno del ingeniero Macri, quien ha manifestado que considera un ejemplo urbanístico el proyecto de Osvaldo Cacciatore.
La reactivación de la política de desalojos es parte central de los proyectos de Macri & Cia para nuestros barrios.
Los invisibles, los que todos olvidamos, siempre nos están mirando. La memoria necesita de todos para no dejar repetir tiempos pasados.
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